El consumo excesivo y prolongado de alcohol, tabaco y drogas puede tener efectos perjudiciales en el cuerpo, como enfermedades del hígado, daño pulmonar, enfermedades cardiovasculares, disfunción inmunológica y deterioro general de la salud física.

El consumo regular y descontrolado de sustancias adictivas puede llevar al desarrollo de una dependencia física y psicológica. La adicción puede afectar negativamente todos los aspectos de la vida de una persona, creando una necesidad compulsiva de consumo y dificultando la capacidad de controlar el uso de sustancias.

El abuso de sustancias puede desencadenar o empeorar problemas emocionales y mentales como la depresión, la ansiedad, los trastornos de la personalidad y los trastornos psicóticos. Además, el consumo de sustancias puede alterar el estado de ánimo y la estabilidad emocional.

Las adicciones pueden causar problemas significativos en las relaciones personales, como conflictos familiares, rupturas en amistades y aislamiento social. El consumo de sustancias puede llevar a comportamientos irresponsables, falta de confianza y distanciamiento de seres queridos.